9 ago 2024

y TU MAMÁ también


 ReBelación 

y TU MAMÁ también*

                                     Por José Luis Ramos Salinas

La señora Boluarte, quien luego de su viaje a China ha regresado sintiéndose presidenta (parece que le contaron cuentos… chinos), decidió ir al desfile de los militares a los que acababa de subirles el sueldo, saludando a los árboles, a las tomas de agua y a los paneles publicitarios que “salieron a vitorearla”. Lo que no previó, creyéndose que los aplausos de los mocha sueldos eran representativos, es que se encontraría con algún ciudadano, del más del 95% de peruanos que la quiere fuera de Palacio, que en lugar de besarle los zapatos como sus ministros, le gritara “corrupta”.

La señora cambió de rostro inmediatamente, como si se tratara de una escena de El Exorcista, y le espetó: ¡Tu mamá! Y en ese instante volvió a sonreír haciendo gala de sus dotes actorales o, me temo, de síntomas de una peligrosa conducta esquizoide.

Podríamos decir que el grito, de quien antes vociferaba: ¡no al fujimorismo!, “es una representación de una forma del poder, repleta de arrogancia y satisfacción donde el concepto de servicio público es casi nulo”.  De hecho, la frase “es provocadora y refleja esa actitud racista (discriminatoria) que nuestra sociedad quiere esconder”. Además permite entender “los procesos de socialización o dessocialización en el Peru”. Y “mide cómo se puede entender la realidad social, política e histórica” del país.

Todo lo entrecomillado son cosas que se han dicho del libro de Jorge Bruce: “¿Sabes con quién estás hablando?”; en el que este agudo intelectual retrata al Perú a través del análisis de una frase que se escucha en nuestra realidad con demasiada frecuencia. Por ello el subtítulo de esta obra es: “Psicoanálisis, Poder y Subjetividad”.

La frase “tu mamá”, gritada, con un rostro desfigurado, por Boluarte Zegarra, también, fácilmente, daría para un libro académico, así como ha dado para memes, caricaturas, parodias y pesadillas.

La ministra de Cultura ha deslizado que podría tratarse de un video hecho con inteligencia artificial como si los peruanos careciéramos de discernimiento, en lugar de reconocer que a la que le paga el sueldo le falta inteligencia natural.

Y es que hay que ser muy torpe para reaccionar como lo ha hecho la que quiere exportar carne de burro a China o ser transparentemente cínica o padecer de eso que suelen llamar “obscenidad del poder”, o las tres cosas juntas. Yo apuesto por esto último.

El insulto es algo que no debe alentarse, “sospechosa de corrupción”, hubiera sido mejor; pero que quien insiste que es la primera autoridad del país responda con la agresividad gestual y verbal con la que lo hizo, ni siquiera contra quien le gritó, sino contra la madre del ciudadano, pinta de cuerpo entero su vocación autoritaria. Seguramente por eso, sus asesores le han aconsejado que vista enteramente de blanco, no logrando el efecto publicitario de provocar una sensación de honestidad, sino que la señora, cada vez más alejada de la realidad, se crea un símbolo nacional con su banda cruzándole el pecho.

En suma, Dina Ercilia no tiene dotes de estadista, sino que padece de patanerí­a. Es terca y firme para agraviar al país entero y lo hace con desfachatez. Se victimiza por su condición de mujer permanentemente y cuando quiere agredir a alguien no tiene mejor idea que hacer gala de violencia de género, insultando a la madre de quien solo dice en voz alta la acusación fiscal y la sospecha nacional. Sabe que nadie quiere escucharla y lee durante 5 horas riéndose de que no entiende lo que lee y se hincha con los aplausos de quienes hasta hace poco manifestaban públicamente su desprecio hacia ella.

En el Perú se ha abusado y desvirtuado la causal de vacancia por “incapacidad moral permanente”. Muchas veces hemos declarado, siguiendo a constitucionalistas que no venden sus  opiniones al mejor postor, que esta se refiere al hecho de que quien ejerce la presidencia ha perdido contacto con la realidad y por tanto puede creer que lo que está mal, está bien; que lo que es dictadura es democracia; y que lo que es la defensa de los derechos ciudadanos es un complot para un golpe de Estado, etc.

Una marioneta que cada vez con más frecuencia se torna grotesca y que a veces cree que no hay hilos que la manejan; que se viste con joyas lujosas sin que pueda explicar su origen y ensaye una excusa ridícula: que son un préstamo de su wayki, al que luego desaira frente a cámaras; y que hace borrar la introducción de un libro escrito por los intelectuales más prestigiosos del país para colocar en su lugar un texto “suyo”, sabiendo que lo único que escribió alguna vez fue un plagio; cae perfectamente en la figura de “incapacidad moral permanente”, y esto sin hablar de la acusación fiscal por homicidio calificado.

Cuando el Perú entero vio el video en el que la presidenta muestra su verdadera cara cual retrato de Dorian Gray y grita “tu mamá¡”, seguramente muchos recordaron la magnífica película de Cuarón: “Y tu mamá también”, pero lo cierto es que la madre biológica de la presidenta no tiene culpa alguna, pero otra es la historia de su progenitora política: la señora K. Respecto a ella, sin lugar a dudas, hay que gritar: “¡Y tu mamá también!”


*Publicado en el medio digital revelación.pe el 4 de agosto de 2024


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