8 sept 2024

La reina y el gato Ron Rohel



 La reina y el gato Ron Rohel*

                                                                                      Por José Luis Ramos Salinas

El viernes se llevó a cabo en Arequipa lo que la prensa de Palacio y sus copy paste llamaron el “V Consejo Regional de Estado”, pero que bien podría ser bautizado como el consejo del golpe de Estado o el cónclave de los 40 de Cerro July; aunque no sabemos si fueron 40 porque el hermetismo en el que se desarrolló el chirriguresco evento fue el que caracteriza a todas las dictaduras. Baste indicar que a los periodistas los encerraron en una sala contigua para recordar cuando Alberto Fujimori gobernaba, y digo el nombre de pila y no fujimorismo porque es evidente que este sí hace y deshace a pesar de haber perdido las elecciones. Claro que esta vez no hubo geishas, solo un gobernador que pasó de pedir la renuncia de Boluarte a hacer de su sumiso edecán.

Toda la actividad fue un insulto al país en general y a Arequipa en particular. La visita furtiva de la señora que ocupa Palacio y que toda la región repudia, pese al pedido de Esdras Medina de que se le trate como reina, sonó a provocación, claro que del avión que la trajo al aeropuerto Rodríguez Ballón se subió a un helicóptero que aterrizó en el campo ferial en medio de un cordón policial que trataba a los periodistas como si fueran una delegación ciudadana reunida para protestar. La todo poderosa cuando está con francotiradores le tiene miedo a las preguntas; algo que es una cuestión básica de toda democracia, el derecho a preguntar y a exigir respuestas. Pero no se le puede pedir explicaciones a quien solo sabe argumentar con balas.

Boluarte se dio tiempo de sobrevolar Majes, como si su mirada implicara un avance en el paralizado proyecto. Así de desubicada está la señora de los Rolex y las cirugías. Incluso trascendió que Rohel Sánchez en un momento le dijo: “Allí está la tubería madre”, a lo que su agasajada le respondió: “¡Tu mamá”. Luego hizo sombra sobre el Valle de Tambo con su helicóptero militar. ¿Para qué? Solo se me ocurre para practicar una operación como la del Baguazo o para dejar caer su escupitajo a quienes prometió, cuando era castillista, que Tía María no va. En fin, a estas alturas eso no sorprende, pero apena que a su lado estuviera Rohel Sánchez practicando un ronroneo en tono bemol, en lugar de saltar en paracaídas como hubiera hecho cualquier autoridad verdaderamente representativa de Arequipa.

Pero lo peor de ambos personajes vino después. La presidenta insultó al 94% de la ciudadanía que la quiere fuera, acusándolo de quererla distraer del trabajo que hace por los “hermanos peruanos”, cuando todos sabemos que solo trabaja para sus “wayquis”.

Nada de esto hizo despertar al gobernador, quien homenajeó a quien Amnistía Internacional culpa del asesinato de 50 compatriotas, y le entregó un regalo que estuvo muy lejos de los grilletes que Arequipa quiere para ella.

Mientras tanto, en Lima secuestraban a un testigo del caso que compromete al hermano y al abogado de Boluarte. Secuestro que de inmediato el jefe máximo de la policía salió a decir que se trataba de un delito común que no tenía nada que ver con la causa que lleva la Fiscalía. Cualquier parecido con las épocas de Montesinos no es casualidad. Y el gobernador solo atinó a declarar que el hospital Goyeneche pronto tendrá un nuevo tejado ron ron.


*Una versión de este artículo se publicó en el medio digital Revelación.pe el 25 de agosto de 2024


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