14 nov 2016
El taxi, la combi y la universidad*
El taxi, la combi y la universidad*
8 nov 2016
La izquierda desunida también está unida
La unidad se ha impuesto como un valor en la sociedad contemporánea, y la división casi como un crimen. Se aplica a muy diversas cosas, pero en este caso nos interesa analizar el asunto para aspectos políticos.
¿Puede haber unidad en política? Por supuesto, pero esta se obtiene a través de por lo menos uno de estos dos medios: con una ideología bastante definida que se traduce en principios doctrinales que quedan muy claros para todos; o a través de una organización que cuenta con aparatos disciplinarios de una eficiencia extraordinaria. El primer medio es difícil de lograr, si se pretende crecer como opción política, sobre todo en el plano electoral. Del segundo medio, son buenos ejemplos Sendero Luminoso y el Apra.
Si estas premisas son ciertas, hablar de la unidad de la izquierda o de la derecha es un disparate, pues se tratan de etiquetas, no solo confusas en el momento actual (el liberalismo hasta hace poco entendido como de derecha ahora es parte importante de la izquierda) sino que abarcan tanto, que permiten una diversidad enorme en su interior que por antonomasia no puede constituir una unidad.
A la izquierda siempre se le achaca ser divisionista, y se atribuye a esta tendencia la razón de sus fracasos electorales. Que en algún momento haya habido docenas de partidos de izquierda fue sin duda un exceso, pero querer ahora tener solo uno, también lo es. Si no veamos qué pasa en la derecha. ¿Alguna vez estuvo unida? Acaso el Fredemo pueda considerarse el intento más reciente de unidad de las fuerzas derechistas en el Perú, pero si leemos el Pez en el Agua de Vargas Llosa, impulsor de esta unidad, nos daremos cuenta que nunca hubo tal. Pero no le exijamos tanto a la derecha, pensemos solo en sus partidos. Acaso Peruanos por el Kambio no tiene serias fricciones entre los “tecnócratas” y las “bases políticas”; y acaso ese partido no va a morir el 2021 cuanto mucho. ¿Acción Popular no demostró la debilidad de su cohesión cuando en la segunda vuelta su candidato y sus dirigentes apoyaron distintas opciones? ¿El PPC no hizo un papelón al unirse al Apra? ¿Y el fujimorismo no ha tenido que dar una ley anticonstitucional para no sufrir un desbande de sus invitados, léase oportunistas? La derecha no necesita estar unida para no ser vencida.
Sin embargo, con el cuento de la unidad, ya sabemos que lo es, se ataca desde los medios permanentemente al Frente Amplio. Y las críticas vienen de la derecha y de la izquierda. El Frente Amplio es un conglomerado de partidos políticos, de grupos de intelectuales y de activistas, y de gente que se siente de izquierda pero que no milita en ninguna de las organizaciones que conforman el FA. Si somos conscientes de esto, entenderemos el gran mérito del Frente Amplio, que se resume precisamente en su nombre. Pudo unir desde activistas por el reconocimiento de la diversidad sexual, hasta marxistas ortodoxos. Y semejante logro, que ojalá se repita en 2021, solo se puede explicar por la tremenda situación de desventaja que tenía la izquierda en las elecciones pasadas, y por el cambio en la derecha que decidió dejar de ser una fuerza de la modernidad capitalista y convertirse en una falange retrógrada y obscurantista.
Pero la situación ha cambiado, la izquierda es una fuerza importante en el Congreso y ha demostrado tener la suficiente viada, como para que el fujimorismo y sus aliados hayan empezado una guerra sucia en su contra desde ahora, por el temor que les vuelvan a arruinar el pastel en el 2021.
Que en esta nueva coyuntura, partidos como Tierra y Libertad, quieran alcanzar mayor protagonismo y actuar con cierta independencia del Frente Amplio, con su propia agenda; no solo es comprensible, sino hasta saludable. Lo mismo, que haya un grupo importante de organizaciones al interior del Frente Amplio, que iniciará en breve la recolección de firmas para su inscripción en el Jurado Nacional de Elecciones. La izquierda, como la derecha, es un abanico, y es bueno que la gente lo vea así, y elija no solo entre derecha e izquierda, sino entre sus matices, por lo menos en una primera instancia, y ya luego, en la segunda vuelta por ejemplo, entre concepciones ideológicas más generales.
El crecimiento de la izquierda, pasa por el fortalecimiento de las varias organizaciones políticas que la conforman. Y eso inevitablemente va a generar una suerte de competencia y de críticas mutuas, que no constituyen mayor problema, si no se olvida que el enemigo es la derecha y no las posiciones no coincidentes de izquierda.
Pero, cuidado, hay una bancada del Frente Amplio, y los ciudadanos que le dieron su voto, lo hicieron por ese esfuerzo de unidad. Allí, en el Congreso, no aplica todo lo dicho, sino que lo que corresponde son los debates a puerta cerrada, si quieren con muertos y heridos, pero cuando se abren las puertas, al momento de fijar posición acerca de lo que está ocurriendo en el país, la izquierda debe demostrar, que a ese nivel no hay fisura alguna.
31 oct 2016
La huelga y la ley universitarias*
28 oct 2016
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22 oct 2016
La vaca no se acuerda cuando fue tránsfuga*
2 sept 2016
El fujimorismo se revieja*
* Por José Luis Ramos Salinas
No es un error de tipeo, es solo la constatación, si a alguien todavía le quedaban dudas, de que el eslogan acuñado en campaña: el fujimorismo se renueva, era solo eso, un eslogan; una más de las triquiñuelas que le son inherentes a los seguidores del ladrón y violador de derechos humanos, y por desgracia, también expresidente.
Y es que su tan promocionada renovación consistió únicamente en sacar de la lista de candidatos al Congreso a Martha Chávez y a Luisa María Cuculiza, quienes ahora han sido contratadas como asesoras del primer poder del Estado, precisamente por aquellos que hablaban de la renovación. “Tienen mucho que enseñar a las nuevas generaciones”, han llegado a decir, no sabemos si como argumento o como amenaza. Y ya conocemos la larga experiencia del fujimorismo de hacer parecer como asesores a quienes realmente tienen el mando, sino que nos lo cuente una vez más Vladimiro Montesinos.
Así que lo que habrá estos cinco años en el Parlamento es fujimorismo puro y duro: votos por consigna, leyes de interpretación auténtica, maquinaria de difamación a los adversarios políticos, archivamiento de denuncias contra los que se dedican a lo mismo que su ex secretario general Joaquín Ramírez, y todo lo que fue el pan de cada día en los 90, y que, salvo Villa Stein, todos los peruanos conocemos.La novedad, es su papel de víctimas, su nuevo oficio de plañideras del que hacen gala, cada que les preguntan algo; no importa el tema, siempre la respuesta es que Keiko sufrió de una campaña de linchamiento y que siguen esperando una disculpa, supongo del país entero.
Aquí también hay una novedad, la insistencia en reemplazar al patriarca Fujimori por su hija, en los discursos. Juran, que hasta le consultan sobre el menú del día, que ella es la líder natural y que incluso Kenji ya entendió esto. Y es que el papel de don Alberto en el 2021 va a ser mucho menos relevante que en las recientes elecciones, hay que empezar a prescindir de él; total, Keiko es Fujimori, así que sigue funcionando eso de fujimoristas.
Su sed de venganza contra el Frente Amplio se ha extendido a lo que ellos llaman el ollantismo, lo que imagino habrá alegrado al Nacionalismo, que sin el fujimorismo que lo recuerde a diario, ya habría pasado al olvido eterno. Como también es habitual, aquí el cinismo es pieza clave, y empiezan a hablar de lucha contra la corrupción, moral y hasta de pecados, en tono profético.
No queda sino imaginar, con cierto alivio, lo que hubiera sido el fujimorismo en la presidencia con este Congreso. Ojalá que PPK no olvide, que él fue quien ganó.
*Publicado en el diario Exitosa del primero de septiembre de 2016
18 ago 2016
El Cardenal no tiene quién le escriba*
11 ago 2016
Pokemon Go Home*
28 jul 2016
Los tirios, los estratégicos y los tránsfugas*
Por José Luis Ramos Salinas
El fujimorismo no es una doctrina, ni un conjunto de ideales, no llega ni a ser un conjunto de gentes unidas alrededor de un hipotético plan de gobierno, me temo que no alcanza ni siquiera al decálogo. ¿Qué es entonces? Una forma de ser. Por eso Becerril hace unos años no era nadie y ahora es la estrella del partido naranja. Cumple con todos los requisitos que impuso don Alberto Fujimori con su estilo cargado de cinismo, desprovisto de moral y con un cierto aire matonesco y bravucón que sus seguidores se han encargado de superar.
Es desde esta perspectiva que hay que entender los tres objetivos que se han trazado, luego de su derrota frente a PPK: ser gobierno en el 2021 cueste lo que cueste (literalmente hablando); destruir al Frente Amplio, en general, y a Verónika Mendoza, en particular; y hacer pasar por democracia la administración dictatorial del Congreso.
Sobre esto último no se cansan de dar pruebas desde que se comprobó que tendrían la mayoría absoluta. La elección de la junta directiva ha sido más que ilustrativa al respecto. Si el Parlamento tiene carácter representativo, pues debían tener cabida en la mesa directiva las agrupaciones que han obtenido mayor cantidad de votos: el fujimorismo, obviamente; el Frente Amplio que es la primera minoría; y Peruanos Por el Kambio, que además es el partido de gobierno. Pero los seguidores del ex sátrapa se propusieron demostrar que el Congreso les pertenecía, y que para ellos hacer lo que les venga en gana no es sino cumplir con el mandato popular democrático. Se reservaron para ellos la presidencia (Luz Salgado, para que no queden dudas que el fujimorismo no ha cambiado un ápice) y la primera vicepresidencia. Pero las otras dos vicepresidencias había que dárselas a alguien que se prestara para maquillar esta actitud absolutamente antidemocrática. El Apra, que si no fuera por el JNE ni siquiera debiera estar en el Congreso, vino corriendo declarándose aliado estratégico del fujimorismo, lo que ya se ha convertido en otra frase célebre más en su sinuosa historia. Pero se necesitaba un grupo político más, y Acción Popular salvó el honor. Solo quedaba APP, quien hizo alianza con PPK en la segunda vuelta, pero cuyos 9 congresistas no han tenido reparo alguno en convertirse en los primeros tránsfugas del nuevo Congreso; así a la mesa directiva va Richard Acuña, quien está allí sin mérito alguno, salvo ser hijo de César Acuña; y ¿hay algo más fujimorista que esto?
Así el fujimorismo ya no tiene 73 congresistas, sino 87; lo que hará que le sea más fácil cumplir con los objetivos señalados arriba, y hará más difícil la lucha de quienes queremos salvar la democracia de los tirios, los estratégicos y los tránsfugas.
*Publicado en el diario Exitosa del 28 de julio de 2016
17 jul 2016
La democracia antidemocrática*
19 jun 2016
La Crisis de la Paternidad*
Por José Luis Ramos Salinas
Es sabido que desde hace algunas décadas ya no asistimos a una época de cambios, sino a un cambio de época, de sociedad. Los más le llaman posmoderna, pero recibe también otros nombres, pero fuese cual fuese la denominación, lo importante es entender que no hay una sola cosa de la sociedad de nuestros padres que no esté sufriendo profundas transformaciones. La economía, la educación, el amor, la sexualidad, la política, etc. no son lo que eran hace solo 30 años. Y la institución paterna no es la excepción.
El domingo, se celebrará en cada casa, el Día del Padre. Una fiesta que ya se ha instalado como una tradición, pero que sin duda ha tomado una connotación radicalmente distinta en los últimos años, por lo que podríamos llamar, la crisis de la paternidad.
La preocupación por los hijos, tal como la entendemos ahora, es un asunto relativamente reciente, que viene asociado al nacimiento del capitalismo, en el siglo XVIII. La autoridad del padre, su estatus de jefe de familia, es mucho más antiguo. Pero son precisamente las bases de ese poder las que ahora se desmoronan.
La frase: “Sea lo que sea es tu padre”, ilustra bien cómo la sociedad valoraba la paternidad al punto de que ese solo hecho podía justificar los más grades defectos. Pero esa frase ya no se la cree nadie de las nuevas generaciones. El padre ya no es visto como alguien a quien le debes la vida, y por tanto debes estar siempre agradecido hacia él; porque la vida por sí misma no es algo que tenga valor en la sociedad posmoderna. Sino que a la vida se le puede y se le debeagregar valor o de lo contrario tendremos una vida que no merece ser vivida. Así la paternidad no genera un bien que reclama retribución, sino una deuda para con los hijos, que viene asociada a muchas otras exigencias, a menudo desmedidas, porque la sociedad actual es también la del exceso.
Así el padre común estará muy lejos de lo que se espera de él, y como consecuencia se destruye la figura paterna con una crítica implacable: Los Simpson, Padre de Familia, El Maravilloso Mundo de Gumball, y un larguísimo etc. son buenos ejemplos.
El origen mismo de la paternidad entra en crisis en cuanto a quien resulta beneficiado es el hijo, con la vida. Pues ahora se considera que la paternidad es más bien el producto del egoísmo del padre, que en la búsqueda de la dicha de serlo, no repara en lo que deberá padecer su vástago. Cioran llegóa decir por ello, que la paternidad es un crimen. Por eso, es cada vez más común que los colegios ya no celebren el Día del Padre, y que la fiesta de este domingo, más que de abrazos esté llena de reclamos, resentimientos y de una sana hipocresía.
*Publicado en el diario Exitosa del 18 de junio de 2016
12 jun 2016
Genio y dictadura hasta la sepultura*
Por José Luis Ramos Salinas
El fujimorismo pareciera que se boicotea a sí mismo. El incidente en el aeropuerto arequipeño es bastante ilustrador: una cuantas consignas en contra para desatar la matonería de sus máximos dirigentes, que no tuvieron mejor idea que llamar “terroristas” a sus detractores, mientras los correteaban con el puño en alto. La defensa que hizo Keiko de los agresores, demostró que era muy poco lo que cambió el fujimorismo desde los 90, y que la hija del dictador, pese al maquillaje, se parecía mucho a Martha Chávez y Luz Salgado.
Pese a eso ganó en la primera vuelta, pero a penas dados los resultados, Cecilia Chacón, Becerril y el propio Kenji; otra vez sacaron a relucir la esencia de dinastía despótica que el partido del ex sátrapa lleva en la sangre. Sus declaraciones dejaron clara su vocación dictatorial al señalar que gobernarían sin tener en cuenta a las minorías; que obligarían al Poder Judicial a declarar inocente a Alberto Fujimori; y que el trono en el partido ya tenía un heredero.
Luego vendría lo de Joaquín Ramírez y sus posibles vínculos al narcotráfico, que lejos de provocar una reacción de “que se investigue a fondo”, como lo hubiera hecho cualquier partido; lo que se escuchó es una cerrada defensa de a quien llaman “un gran hombre”. Y lo que hizo Chlimper nos retornó a los tiempos más nefastos de la dictadura de don Alberto y Montesinos, manipulando un audio y recurriendo a un pseudo programa periodístico.
Cuando aún no concluía el conteo de la ONPE, Spadaro, que se ha convertido en algo así como “la quinta espada del fujimorismo”, señaló muy suelto de huesos que el Parlamento le pertenecía a su partido. Y antes, varios fujimoristas habían insinuado que podían gobernar dictatorialmente desde el Congreso, aún si no ganaban la presidencia.
Concluido el conteo de la ONPE, el fujimorismo se niega a aceptar su derrota, y dice que va a esperar la decisión final del JNE, a pesar que sabe que ya PPK es presidente. ¿Por qué lo hace entonces? Para conservar su vena dictatorial, para colocarse por encima de las instituciones democráticas; y para advertirle a todos los que no votaron por él, que de ellos depende sumir al país en la ingobernabilidad. Por ello también ahora se fingen ofendidos por los calificativos que recibieron en la campaña. Sí, los mismos que destruían honras con los periódicos chicha, ahora se rasgan las vestiduras y amenazan con no perdonarnos y desatar una tormenta diluviana para hacer naufragar nuestra precaria democracia.
En ese escenario, quienes votamos en contra del fujimorismo cometeríamos suicidio si creyéramos que lo hemos vencido. En realidad la lucha recién empieza. Estamos avisados.
*Publicado en el diario Exitosa del 11 de junio de 2016
6 jun 2016
Keiko es solo el primer paso*
5 jun 2016
Crónica de un suicidio anunciado*
Por José Luis Ramos Salinas
El fujimorismo empezó su campaña para regresar al poder, a penas lo perdió. Fujimori en Japón conducía un programa de radio y en él y en cuanta oportunidad tenía declaraba que volvería al Perú para gobernar. Mientras tanto, Valentín Paniagua y su equipo empezaban el largo y complejo trabajo de desmontar a la mafia, procesar a los asesinos y ladrones, e iniciar el camino, más complicado todavía, de recuperar la moral para el país, y deshacer las estructuras políticas, mediáticas, económicas, etc. de las que se valió la dictadura para cometer tus tropelías y que nos dejó como una herencia maldita.
Pero al gobierno de Paniagua le sucedió el de Toledo, que decidió, para no agravar la crisis política que lo agobió desdeel inicio, desacelerar la batalla contra la corrupción y elfujimorismo. Después vino García, y él carga la gravísima responsabilidad, no solo de parar completamente la lucha contra la corrupción, sino de devolverle al fujimorismo un papel protagónico en la política peruana, al decidir gobernar en alianza con él.
Cuando llegó Ollanta, el fujimorismo ya era tan fuerte que no solo no era posible pensar en reactivar las fuerzas democráticas que lo pudieran sacar de escena, sino que los herederos del mafioso Alberto, se dieron el lujo de arrinconar al gobierno, enarbolando las banderas de la lucha contra la corrupción.
Así llegamos a estas elecciones, y en lugar de aprovechar el momento político para poner las cosas en su lugar y regresar al fujimorismo a las páginas policiales, los partidos políticos en competencia, de derecha e izquierda, decidieron en la primera vuelta, hacer como si el fujimorismo no existiera, enfrentándose entre ellos, dejando correr libremente a esa maquinaria millonaria y sin escrúpulos que encabeza Keiko y su lugar teniente Joaquín Ramírez. Su poder era avasallador y su herencia omnipresente, por eso el JNE, con una excusa, saca de carrera a Julio Guzmán y no pasa nada, luego perdonaría a Keiko pese a las innumerables pruebas de que cometió la misma infracción que le valió la expulsión a Acuña; y para broche de oro, cambia la valla electoral para permitir que el Apra tenga representantes en el Congreso. Tres fraudes que la ciudadanía se comió sin chistar.
Ahora en la segunda vuelta, se habla de la unidad de todas las fuerzas democráticas para impedir el retorno del fujimorismo, y esa unidad se establece detrás de PPK, el menos indicado para semejante tarea. Y eso y todo lo contado, independientemente del resultado de mañana, es la prueba irrefutable que el fujimorismo ha vencido por esa vocación tan peruana de cometer suicidio.
*Publicado en el diario Exitosa del 4 de junio.