Por estos
días diversas personas, medios de comunicación y otras instituciones han
publicado balances del año que pasó; y es curioso como ciertos hechos
trascendentes quedan opacados por otros anecdóticos.
Dado que la
globalización ha alcanzado niveles de omnipresencia; considero que lo revelado
por Edward Snowden ha sido el suceso más trascendental del año recién
terminado. Enterarnos que las agencias de inteligencia de Estados Unidos espían
a todo el planeta, incluidos ciudadanos comunes y corrientes, y los mandatarios
de los países más importantes del mundo, ha demostrado que ninguna película
tuvo la imaginación ni la radicalidad para acercarse a la realidad de la
violación rutinaria de los derechos elementales de las personas. Snowden ha
demostrado la perversidad de un sistema que bajo el discurso de la libertad ha
construido una sociedad hipervigilada y que, como en la novela 1984, convierte
en delincuentes a los héroes, que es lo que se ha querido hacer con el ex
agente de la NSA. Por eso Snowden es también el personaje del año, a mi juicio,
porque ha dejado una vida de comodidad económica, de expectativas de desarrollo
profesional, etc.; solo para denunciar al mundo lo que estaba ocurriendo, para
no convertirse en cómplice, para conservar la dignidad. Por ello no cobró nada
al periódico al que le entregó la información y por eso le duele tanto al
poder, porque su enemigo está lejos de ser un yuppie, es decir, es superior
moralmente en todo sentido. Snowden es el personaje ejemplar del 2013.
En el ámbito
nacional, la política ha dejado un sin sabor a la ciudadanía por los continuos
escándalos en los que se vio involucrada la clase política. La repartija de los
cargos del Tribunal Constitucional, el caso López Meneses, los narco indultos
de García y los negocios de Toledo, casi nos dejan sin esperanza. Sin embargo,
pese a la política errática del gobierno en lo que es la defensa de los
derechos humanos y la lucha contra la corrupción, no podemos dejar de destacar
el hecho de que se le negara el indulto a Fujimori. Hacerlo hubiera equivalido
a otra vez convertir al país en la chacra del ex dictador y al gobierno en un
monigote de las presiones de sus seguidores.
En lo que
respecta a Arequipa creo que el consenso de lo negativo está por el desastre
que ha sido este año el tránsito vehicular, y por el fracaso para implementar
los planes que estaban destinados a solucionar este problema. Por otro lado,
que el Gobierno Regional se haya decidido por contratar a los mejores del mundo
para elaborar un plan que permita el desarrollo de Arequipa, nos parece algo
que destacar, independientemente del resultado final, para el que no habrá que
esperar mucho más, según se ha anunciado. El fallo del TC que desbloquea Majes
II, es sin duda una buena noticia desde la óptica del empleo que se generará y
del efecto multiplicador que provocará en la economía regional, pero no podemos
dejar de notar que son grandes grupos empresariales quienes estaban esperando
esto para asegurarse enormes extensiones de tierras que reafirmen lo que ya es
una realidad en la actualidad: la concentración de propiedades agrícolas es
mayor que la que existía antes de la reforma agraria velazquista.
De otro
lado, mientras la economía mundial sigue sin poder recuperarse, la peruana ha
logrado crecer lo suficiente para mantenerse en el nivel que alcanzó el 2012, y
la de Arequipa ha cobrado un dinamismo que contrasta nítidamente con la crisis
que vivió en los 90. Tenemos más dinero en el bolsillo, salvo los excluidos de
siempre, pero la pregunta es: si por eso estamos mejor, si vivimos mejor y si,
por último, somos más dignos.
*Texto leído a través de Radio Yaraví, diciembre, 2013
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