29 dic 2015

La Unsa para Dummies

                                                                     Por José Luis Ramos Salinas 
Las elecciones en la Unsa han culminado, como ya todos saben, con el triunfo de Rohel Sánchez Sánchez, quien ya juramentó como rector y que en su primera sesión de Consejo Universitario ha tomado la decisión de convocar a concurso las plazas de contratos docentes que fueron cubiertas desde julio del año pasado, dejando abierta la posibilidad que pueda hacerse lo mismo con contratos incluso anteriores. La nueva gestión ha querido empezar no impulsada por la inercia, sino queriendo dejar en evidencia, que no tiene por qué asumir lo ejecutado por la anterior, sino que puede modificarlo, o como en este caso, deshacer lo hecho y empezar de cero.
Pero lo acabado de reseñar sería simplemente una atribución administrativa de las actuales autoridades, sino fuera porque se ha convertido en noticia en varios medios de comunicación y, por supuesto, en las redes sociales. Y que los acuerdos de una sesión de Consejo Universitario, salgan en los periódicos como noticia destacada es algo que no se veía desde hace décadas y eso, más que los acuerdos mismos, es un dato que merece análisis.
Debido al proceso electoral, la Unsa ha tenido presencia permanente en los medios durante al menos un mes, y eso ha generado una opinión sobre la universidad que parece haberse instalado fuertemente en el imaginario colectivo. Así, la imagen de la Unsa que Arequipa comparte parece que es la de una institución hundida en la corrupción y en la debacle académica, en donde quienes estudian allí lo hacen en pésimas condiciones y con muy pocas posibilidades de competir en el mercado laboral cuando por fin egresen. Al menos esto es lo que se puede desprender de los constantes comentarios de los radio oyentes y de lo que se publicó con tanta intensidad en las redes sociales en las últimas semanas.
Sin embargo, nada más lejos de la verdad. La situación de la Unsa, en realidad, cambia dependiendo de con quién se le compare. Si queremos establecer cómo está la universidad en base a los ranking mundiales, obviamente quedaremos decepcionados, pero si lo hacemos, por ejemplo, asumiendo que se trata de una universidad pública de provincias, el lugar de la Unsa es realmente destacado. En el Perú, debido a que en el gobierno de Fujimori se dio la posibilidad de que la universidad fuera entendida como un negocio, existen muchas universidades, algunas que en realidad venden títulos, y otras que son universidades de verdad, con un gran número de carreras, entre las que están las de humanidades y las de ciencias duras, y entre esta categoría está la Unsa.
Basta caminar por el campus de la Unsa para darnos cuenta que no se trata de una institución en decadencia, es cierto que falta equipamiento y que las condiciones no son las mejores, pero de allí a decir que la Unsa se está cayendo a pedazos hay una enorme distancia.
En lo económico, la Unsa paga mensualmente a sus docentes y trabajadores un adicional a su sueldo que lo obtiene de recursos propios, y esto no sería posible si sus centros de producción no estarían funcionando.
Además, es bastante conocido cuán requeridos son los profesionales de la Unsa, en varias de las carreras que esta universidad ofrece, y cuánto éxito tienen en el Perú y en el extranjero quienes fueron sus mejores estudiantes.
Dentro de la Unsa funciona la Oficina de Control Interno que no depende de las autoridades universitarias, sino directamente de Contraloría General de la República, y no hay proceso administrativo, incluso algunos bastante rutinarios y de poca importancia, que no pasen  por su supervisión, y hay que reconocer que  no es noticia constante desde hace varios años que se haya encontrado presuntos actos de corrupción.
Rohel Sánchez ha llegado al rectorado con apoyo de los docentes y de los estudiantes, que hacía mucho no tenían tanto protagonismo y empoderamiento, y lo ha hecho prometiendo un cambio, su primera decisión apunta en ese sentido; y esperamos, no que saque a la Unsa del caos, ya hemos dicho por qué no creemos en tal anomia, sino que aproveche toda la potencialidad que tiene esta universidad para no solo ser la mejor universidad pública de provincias (a final de cuentas un premio consuelo), sino una de las mejores del país y con presencia en el ámbito académico mundial. Todas las condiciones anímicas están dadas, y  la oposición reducida a su mínima expresión, así que mejor oportunidad que ésta no tendremos en muchos años. Independientemente de las simpatías políticas, quien no quiera trabajar en ese sentido debe dar un paso al costado, para al menos, no estorbar.



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