27 ene 2008

Silvio Rodríguez en Lima


SILVIO SUELTO EN PLAZA*

Por José Luis Ramos Salinas
ramosdesal@yahoo.com



Corrían los días finales de febrero, y como si no hubiera nada más en el mundo, por el firmamento cruzó una canción. Así, para los de más años terminaba una espera de dos décadas, para los más jóvenes la espera empezaría finalizando el concierto.
Silvio, vestido de camisa azul, empuña la guitarra y anuncia que hará un recorrido musical por toda su trayectoria. Pero la gente no ha ido a un concierto, asiste a un sentimiento. “¡Silvio, te amo!”, el primer grito de la noche deja constancia de las pieles erizadas por melodías insobornables. La guitarra hace lo suyo y la masa presente deja de ser un amasijo de cuerdas y tendones. Unas jovencitas de rojo rompen el encanto: “Pan chorizo, pan chorizo”. Shssssssssss.
Los hay de todas las edades, de los que lucen una cabellera encanecida y niños acompañados por sus padres; los hay desde los que pagaron casi S/. 300 hasta los que se aposentaron en el puente peatonal adyacente al Jockey para “robar” alguna canción; los hay también de todos los colores: hombres blancos y negros, y rojos y azules, gritando “¡Playa Girón!”. Los hay además de varias ciudades y admiradores que llegaron de Ecuador y Bolivia.
Los pedidos empiezan temprano: “¡La Masa!”, “¡Ojalá!”, “¡Unicornio!”, alguien al fondo grita: “¡Gaviota!”. Silvio pide que lo dejen cantar, que todavía no quiere irse; el público asiente con aplausos.
La calidad del sonido está lejos de ser espectacular, no hay pantalla gigante. De “Platea” a penas se le ve a Silvio, de “Stand Up”, casi sólo se le adivina; pero no es importante, el “maestro” está dentro, no afuera.
Silvio agradece el cariño de la gente y confiesa que una de las razones por las que se animó a venir fue la noticia del proyecto “Silvio a la Carta”, una especie de peña que funciona en Lima desde hace algún tiempo; enseguida invita a Miriam Quiñónez, trovadora local, al escenario. Se trata del intermedio.
Silvio reaparece, ahora ataviado con un polo negro, que contrasta con el brillo de su calva. “Silvio es brillante”, bromean los que les ha tocado verlo desde más de 100 metros. No importa, son los únicos a los que Silvio les dedicó una canción.
A las 11 y 20, dos horas después de iniciado el concierto, Silvio se despide, pero la gente no está dispuesta a dejarlo marchar. El trovador cubano canta 3 canciones más: “La Masa” y “Ojalá”, por supuesto; el Unicornio Azul parece perdido para siempre, Silvio prefiere los temas de su último CD, compuestos paradójicamente hace más de 30 años.
Silvio y sus músicos dejan el escenario, pero el público se niega a irse, aplauden de pie y piden que vuelva Silvio. Son minutos de tensión y esperanza, Silvio Rodríguez regresa, esta vez únicamente acompañado por su guitarra, la gente está muy emocionada, “Silvio nos quiere”. Dos temas más y una nueva despedida. Apagan las luces, pero la gente no se va ni deja de aplaudir, han esperado 20 años, pueden esperar un poco más; de pronto se enciende un tacho de luz y Silvio vuelve a la carga. Son más de las 12:00 “el maestro” nos regaló 40 minutos adicionales inolvidables y se despide con una promesa: “Volveremos”. Algunos empiezan a gritar: “¡Otro!”, pero el resto responde: “¡No sean conchudos!”. La magia ha terminado, unos se suben a sus 4x4, otros a sus automóviles, los más chapan su combi y los que lo empeñaron todo emprenden una larga caminata. Acaso, nada haya cambiado.


* Artículo escrito con ocasión del concierto que diera Silvio Rodríguez en el Jockey Plaza de Lima, Perú, en febrero de 2007. Una versión editada del mismo, apareció en el semanario arequipeño: "El Buho".

3 comentarios:

Unknown dijo...

"yo me muero como vivi" dice silvio en la cancion "la masa"
Cuan cierta es esta frase...
A pesar de no ser cubano, la trova y en especial silvio siempre me salvaron de muchas. Y creo que pasaran muchos muchisimos años para que vuelva a nacer otro silvio rodriguez.
bshhh ...No pude ver a Silvio en vivo, pero sus canciones quedaran hasta mis ultimos dias de vida.
Gracias Silvio

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Deberé anotarte que me ha emocionado mucho el final de los 40 minutos adicionales...

Esperaremos a que vuelva...

José Luis Ramos Salinas dijo...

Sin duda, Silvio despierta profundas emociones por la poesía de la que están cargadas sus canciones. En vivo, lógicamente, los sentimientos se agolpan aún más. Sin embargo, hay otros trovadores cubanos menos famosos, pero a los que también hay que prestarles oído; y de cuando en cuando llegan al Perú y cantan en los lugares más insospechados. Inti Santana, cantó hace unos meses en una de las aulas de Sociología de la Universidad San Agustín de Arequipa.