24 ene 2016

Política e Internet*

                                                       Por José Luis Ramos Salinas

Es habitual en el Perú, que toda elección venga precedida de varias encuestas con las que se mide cómo van las preferencias. Pero ha sido en esta campaña electoral en la que las empresas encuestadoras han cruzado los resultados no solo con el sexo, la edad, o el estrato socio económico, que era lo habitual; sino que está vez, también han indagado acerca del uso o no de redes sociales.
Así se ha podido establecer si existe alguna relación entre usar habitualmente Facebook y/o Twitter y la preferencia por un candidato u otro. Y lo que se ha hallado es realmente importante, pues resulta que hay candidatos que prácticamente  solo tienen respaldo entre quienes son usuarios de las redes sociales, y otros, en cambio, que ven el apoyo de la ciudadanía mermado fuertemente en ese sector de la población.
A los primeros, incluso, ya se les ha apodado: “candidatos de Internet”, mientras que sobre los segundos no ha habido mayor análisis, pese, a que en mi opinión, este era el asunto que merecía más atención.
Internet se ha utilizado con fines políticos desde su aparición, y por ello hay bibliografía muy temprana al respecto; pero con la llegada de las redes sociales, los paradigmas correspondientes fueron notoriamente modificados. Se empezó a hablar así de “política 2.0”. A nivel mundial, el caso de la campaña exitosa de Obama en Estados Unidos se convirtió en el referente de cómo utilizar las redes sociales para impulsar una candidatura. En el Perú, la anterior campaña presidencial representa el hito a este respecto, sobre todo, con el trabajo que hicieron los jóvenes partidarios de Pedro Pablo Kuczynski, quienes se hicieron conocidos como “ppkausas”.
En la presente campaña, es obvio que todas las agrupaciones en competencia le dan importancia al trabajo político a través de las redes sociales, pero algunas lo hacen mejor que otras, y en algunos casos se deja la tarea a los simpatizantes y partidarios, y en otras, se contrata a empresas o consultores especializados; pero no es eso lo que nos interesa analizar, sino escarbar un poco en lo superficial de este particular fenómeno. Consideramos que analizar esto, nos puede llevar a entender mejor, no solo el proceso político peruano, sino al país en su conjunto.
Decíamos que hace varios años que los candidatos hacen campaña en las redes sociales. Ya en las elecciones del 2011 se notó una actividad política intensa en Internet, destacándose los ppkausas. Pero, resulta sintomático que pese a esto, PPK no lograra pasar a la segunda vuelta, sino que lo hicieran quienes no le dieron mayor importancia a las redes sociales: nacionalismo y fujimorismo, y que, además, fueron los más duramente criticados por estos medios. En el 2011, el uso de las redes sociales, no tenía carácter determinante.
¿En el 2016 es lo mismo? Keiko es quien más anti campaña tiene en las redes, y precisamente lidera las preferencias electorales. En críticas y ataques le sigue Acuña, quien creció notablemente en la intención de voto. Entonces ¿si los usuarios de las redes no los quieren, quiénes los apoyan? Es obvio: quienes no usan esta tecnología y que en el Perú son la mayoría. Así parece que se está creando una especie de clase media virtual con unas preferencias políticas distintas de lo que se suele llamar el pueblo, pero que aquí denominaríamos “infopobres”, para seguir el argot que impone Internet.
Este fenómeno toma un carácter pernicioso en un país como el nuestro, cuya fragmentación se agrava por la lacra del racismo y que suele cegarnos hasta el ridículo, como cuando en las redes surgió un grupo de personas que se veían a sí mismos como “arequipeños de verdad”, y desde este estatus (falso además) se sentía con el derecho de menospreciar a quienes eran considerados “inmigrantes ignorantes”. Algo de esto también se vio el 2011 en los partidarios de PPK que identificaban a los simpatizantes de Ollanta como “indios brutos”.
Atribuir una preferencia electoral  a una supuesta inferioridad proveniente de una condición étnica es quitar por completo la esencia política a algo que debiera ser ante todo un asunto de tal naturaleza, y que queda convertido en racismo puro y ramplón.
Pero nuestro país siempre ha sido racista, lo novedoso es la incorporación de las tecnologías informáticas en este contexto.
Así el uso de Internet en el Perú, como en cualquier otro con profundas diferencias sociales, genera nuevas fracturas, entre quienes tienen acceso a esta tecnología y entre quienes no, al extremo de que existen “candidatos de Internet”, que están destinados a perder “porque hay mucho cholo desconectado en el Perú”.


*Publicado en el diario La Exitosa, Arequipa, Perú, en dos entregas: el 16 y el 23 de enero de 2016.

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