30 ene 2016

Solo Patria Roja Salvará a la Unsa*

                                          Por José Luis Ramos Salinas 

Luego de la intervención de la Sunedu en la Universidad Mayor de San Marcos y la guerra de comunicados entre las llamadas universidades rebeldes y la Super Intendencia Nacional de Educación Superior, queda claro que quienes afirmaban que la universidad ha perdido la autonomía que le concede la Constitución estaban en lo correcto. La Sunedu varias veces se ha colocado por encima de la ley, y la actitud de sus funcionarios deja entrever que lejos de dedicarse a supervisar la adecuada marcha de las universidades del país, su intención es administrarlas bajo la estrategia de decirles permanentemente lo que tienen que hacer y de no aprobar todo lo que hagan fuera de sus coercitivas recomendaciones.
Si bien la Sunedu se ha presentado y la población la ha visto como una organización que va a terminar con la corrupción en las universidades públicas, y las estafas de las universidades privadas, en realidad esta institución pretende imponer un modelo de universidad, que en la práctica responde y responderá a las políticas del gobierno de turno, que era precisamente lo que quería evitar la Constitución.
La ciudadanía ha visto el poder de la Sunedu en acción y como decíamos, este no va hacer otra cosa que crecer, en un sentido o en otro (dependiendo de quién gane las elecciones), pero siempre en detrimento de la autonomía universitaria y a mi entender, a expensas de lo que una universidad pública debe ser: el espíritu crítico de su sociedad y su época.
Bajo la bandera de la calidad, se oculta la intención de convertir al sistema universitario peruano en un mero proveedor de profesionales al mercado, muy eficientes, pero sin el más mínimo atisbo de humanismo crítico, casi un conjunto de universidades corporativas produciendo yupis cuyo único objetivo es el éxito traducido en capacidad de consumo.
Enfrentarse a esto requiere una posición política firme, una capacidad de organización y movilización real, y una vehemencia en las propias convicciones que permita asumir sacrificios presentes en nombre de un futuro incierto.
En la Unsa ha asumido el poder el grupo que era vinculado por sus opositores a Patria Roja, algo que los aludidos negaban. Pero la verdad presente es que si queremos defender la autonomía universitaria, si queremos hacerle frente a la Sunedu, necesitamos, no necesariamente, a Patria Roja, pero sí a un conjunto de docentes, estudiantes y trabajadores, organizados como ese partido político, y con los viejos ideales de la verdad, la justicia y la belleza. Salvo esto, lo demás es ilusión.

*Publicado en el diario Exitosa, Arequipa, Perú, del 30 de enero del 2016

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